INCORPORANDO EL ARTE EN LA ENSEÑANZA DE LA ÉTICA ECOLÓGICA
Renata Moreno Q
Departamento de Ciencias Sociales y Económicas
Actualmente enseño dos
asignaturas en el pregrado, Constitución Política de Colombia y Cultura
Ambiental y Ética Ecológica. Las dos son asignaturas electivas que pueden
cursar alumnos de cualquier semestre y de todas las carreras de la universidad.
Los desafíos más comunes que enfrento en las dos materias es que muchos
estudiantes las consideran materias de “relleno”, es decir menos importantes
que sus materias obligatorias y propias de su profesión, por lo cual se vuelve
fundamental saber presentar los temas de forma llamativa y que capte su
atención.
Para profundizar un poco más en
el tema de los desafíos me voy a concentrar en la asignatura Cultura Ambiental
y Ética Ecológica. Ésta trata de promover un conocimiento más profundo en los
estudiantes sobre temas ambientales, así como cuestionar sus prácticas y sus
formas de relacionarse con la naturaleza de manera que los lleve a jugar un rol
más activo en la protección del ambiente.
Aunque la mayoría de estudiantes se define
como ambientalista desde el primer día de la clase, poco a poco se van dando
cuenta que ninguno de sus hábitos y muchas de sus creencias no se ajustan a una
forma de vida que respete las otras formas de vida y que sea consciente de los
cambios que se requieren para no seguir socavando las bases que sostienen
nuestra vida en este planeta. Esto marca un reto interesante porque el curso
busca encaminar toda esa sensibilidad con la que ya llegan los estudiantes
hacia el medio ambiente hacia formas de actuar más coherentes con los
principios ecológicos y las necesidades de los ecosistemas para su
sostenimiento. También implica la deconstrucción de muchas de las ideas con que
llegan, como por ejemplo el reconocer que el suelo es un sistema vivo y no sólo
parte del reino mineral o sea inerte, como lo enseñan usualmente en los
colegios.
El desafío particular con este
curso es llevar todo el contenido teórico y conceptual a que sea percibido de
una forma más experiencial y personal por parte de los estudiantes. El medio
ambiente es un tema científico, sobre lo cual aprenden mucho en el curso a
través de contenidos sobre los humedales, la importancia del suelo, las causas
del cambio climático, etc., pero también es un tema que envuelve valores,
sentimientos, relaciones y formas de comunicación. Las lecturas sobre ética
ecológica que intentan abordar temáticas como el antropocentrismo que define
nuestra relación con la naturaleza y el rol de la ciencia y la tecnología en la
reducción de las otras especies a fines instrumentales son la mayoría de las
veces muy abstractas y complicadas para los estudiantes, por lo que desisten de
su lectura o no les sacan el provecho suficiente. Aún si los estudiantes logran
aprender los elementos científicos y filosóficos del curso, está el problema de
la comunicación, cómo lograr que comuniquen a otros lo que aprenden en el
curso? Es algo para lo que esta clase no los prepara.
El reto entonces es cómo hacer
para que todos esos contenidos tan interesantes del curso los lleguen a sentir,
a palpar, a tocar, de modo que provoquen verdaderos cambios en sus formas de
pensar y de ver la naturaleza y de relacionarse con las otras especies, que es
lo que buscan en últimas las lecturas. Sin este cambio profundo es difícil que
el curso pueda decir que cumple sus objetivos. Para lograr esto se hacen
algunas salidas de campo, por ejemplo a humedales, se ven y discuten algunos
documentales y se hacen talleres prácticos como contar cuánta agua
efectivamente consumen en un día. También se asigna un trabajo por grupos en el
que deben analizar a profundidad un caso de un conflicto ambiental. Sin
embargo, hasta ahora no había explorado el arte para tratar estos temas en el
curso.
El curso pedagógico Art of the
MOOC: Arte Público y Pedagogía justamente llenó este vacío para mí. En el curso
se hace un recorrido por diversos artistas y propuestas de arte público en donde
se usa el arte como una forma de permitir una conversación y discusión más
amplia sobre diversos temas de relevancia social. En el curso se muestra cómo
diversos artistas han hecho críticas, reflexiones, cómo han dado nuevas miradas
y visibilizado problemáticas que son importantes para las sociedades en donde
viven y en el contexto en que se encuentran. La representación artística de un
problema en un espacio público genera impacto en los espectadores, produce
reflexiones inesperadas, saca a la luz dimensiones no pensadas o invisibles de
un tema. De esta forma el arte contribuye grandemente a la construcción de una
esfera pública de discusión de problemas ciudadanos que es vital en toda
democracia. En el tema del medio ambiente el curso mostró varias propuestas muy
interesantes en donde diversos artistas usan el arte para hacer críticas agudas
a compañías que destruyen el medio ambiente, para cuestionar nuestros hábitos
cotidianos y nuestra forma de relacionarnos con las otras especies, entre
otras. Exhibiciones en lugares públicos y performances rompen la cotidianidad y
la rutina y, al hacerlo, producen la reflexión e invitan a conversar con el
otro sobre las ideas que se producen. Ese acto de crear nuevas miradas sobre un
tema y de llamar a los otros sentidos a participar en la reflexión sobre éste,
es muy importante como recurso pedagógico, ya que puede llevar a aprendizajes
profundos y duraderos.
Estos aspectos pueden ser muy
útiles al ser incluidos en una clase sobre cultura ambiental y ética ecológica,
ya que pueden ayudar a los estudiantes a tener experiencias más personales con
los contenidos del curso así como a comunicarle a otros sus reflexiones. De
hecho, muchos estudiantes tienen ya muchas habilidades con el dibujo, las artes
escénicas o el diseño que estas herramientas pueden potenciar y aprovechar.
Usar el arte en este curso es una forma de captar la atención y el interés de
los estudiantes al hacer cosas que les gustan pero incorporando el manejo de
los conceptos vistos en clase y hacer reflexiones sobre los temas a
profundidad. A través del arte público los estudiantes pueden además compartir
lo aprendido en el curso con los otros estudiantes de la universidad al
desplegar distintas expresiones artísticas en el campus y así hacer que el
aprendizaje salga de las aulas e impacte a toda la comunidad universitaria o
incluso de la ciudad.
En el curso de Cultura Ambiental
y Ética Ecológica pienso integrar el componente artístico al trabajo de los
estudiantes como estrategia de cambio derivada del curso de Arte Público y
Pedagogía. De hecho este semestre tuve oportunidad de hacerlo al incorporarlo
al trabajo final de los estudiantes. Para este trabajo los estudiantes deben
escoger un caso importante para la ciudad, analizarlo y difundirlo a la
ciudadanía para concientizar sobre su importancia y necesidad de darle solución.
Los temas que escogieron los estudiantes fueron: 1) el tema del cambio de las
normas urbanísticas en el POT del 2014 que permitió la re-densificación de la
Comuna 22 sin la infraestructura de servicios públicos y vías necesaria para soportar
la mayor población proyectada, lo que está causando serios problemas
ambientales y en la calidad de vida de sus habitantes, 2) El tema de la amenaza
de destrucción del humedal y corredor ambiental Zanjón del Burro por una vía
para descongestionar la zona sur de la ciudad, 3) La declaratoria de área
protegida del río Lili que todavía no ha sido aprobada por el Concejo de Cali.
En la discusión sobre estas problemáticas, los estudiantes tuvieron que estudiar
a profundidad la información que encontraron sobre cada temática y adquirir un
manejo de ella. Sin embargo, a la hora de hacer propuestas sobre cómo dar a
conocer estas problemáticas a un público mayor, los estudiantes sólo proponían
estrategias tradicionales como foros, folletos, páginas web, etc. Con la
introducción de los elementos aprendidos en el curso Arte Público y Pedagogía
se dio paso a que los estudiantes iniciaran toda una exploración de
posibilidades para realizar la difusión requerida. Diversas ideas salieron a la
luz y los estudiantes comenzaron a utilizar las habilidades artísticas que ya
tenían. Algunos hicieron carteles con dibujos, otros realizaron propuestas de
intervención en el espacio público y otros utilizaron elementos artísticos para
representar una situación que llevara a la reflexión. A continuación algunas
fotos de lo que hicieron los estudiantes para el caso del Zanjón del Burro (ya
que los otros grupos a la fecha de hoy no han entregado sus trabajos):
Estas intervenciones en grupo los
obligaron a reflexionar en conjunto sobre el tema, usar su creatividad para
pensar frases y dibujos pertinentes y a la hora del despliegue en el sitio, los
llevaron a interactuar con otros, intercambiando ideas y logrando que más
personas participaran también, como en el caso del dibujo en la vía en donde
varios niños y adultos se integraron a la actividad.
Pienso incluir estos elementos en
el próximo curso de nuevo pero desde el comienzo, tratando de vincular el arte
y los actos creativos a la reflexión de cada temática y no sólo al final como
en el presente curso. Esto lo pienso hacer a través de talleres después de cada
lectura o asignando tareas en las que los estudiantes deban traducir lo aprendido
en las lecturas en expresiones artísticas. Para esto deberé darles las herramientas
necesarias a los estudiantes, las cuales fueron provistas por el curso Arte
Público y Pedagogía que si bien no enseña ningún arte en particular sí ofrece
un amplio rango de propuestas realizadas por distintos artistas en distintos
contextos que sirven de inspiración para las creaciones propias. Con esto
espero lograr incluir este aspecto que hacía falta en el curso y que es
utilizar el arte para lograr una apropiación más íntima de los contenidos del
curso, a la vez que se complementa una reflexión puramente teórica con otra que
explora otros sentidos y experiencias, por lo tanto enriqueciendo la
experiencia educativa.
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